Las caídas son una de las principales causas de lesiones en la población anciana, y gran parte de la literatura actual se centra en la información sobre el equilibrio para las poblaciones mayores. Sin embargo, la fuerza de la cadera y el equilibrio asociado comienzan a reducirse en mujeres de entre 40 y 60 años. Esto hace que se considere que las personas corren el riesgo de sufrir caídas a una edad significativamente más temprana.
Por esta razón, el fortalecimiento funcional y entrenamiento de equilibrio también deben considerarse para los grupos de edad más jóvenes, y no solo para los ancianos. Este estudio investigó el impacto de la aplicación de una versión modificada del Programa de Ejercicios de Otago sobre el equilibrio dinámico medido con la prueba Y-Balance.