La pandemia de COVID-19 ha dejado claro que centrarse únicamente en los parámetros biomédicos (es decir, las tasas de morbilidad y mortalidad) es insuficiente para hacer frente a las consecuencias de COVID-19. Esto se aplica tanto a las personas contagiadas, así como a la salud de todos los ciudadanos. Necesitamos una visión más amplia e integradora de la salud, como la Salud Positiva, el Enfoque de Capacidades y la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF).