Aproximadamente una de cada cinco personas tratadas por cáncer de mama, desarrollan en algún momento linfedemas. Esto puede resultar a largo plazo una secuela debilitadora producida por el tratamiento contra el cáncer de mama. Este artículo analiza las pruebas disponibles actualmente (10 estudios) para determinar si algún tipo de intervención podría ayudar a prevenir el linfedema clínico.