Se sabe que la actividad física es, entre otras, una herramienta eficaz para que las personas mayores garanticen un envejecimiento exitoso y prevengan otras enfermedades o discapacidades, ya sea en relación con el funcionamiento físico o cognitivo. También trae beneficios adicionales en términos de efectos psicológicos y participación social.
Estudios anteriores descubrieron que bailar (jazz, salsa, tango, bailes culturales, etc.) es un tipo de ejercicio físico que mejora varios aspectos de la salud, como el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad, la marcha, el estado físico o la capacidad motora, las relaciones sociales e incluso emociones positivas. Por lo tanto, puede facilitar el envejecimiento exitoso.
La mayoría de los estudios investigan los efectos de la danza basados en tipos de danza estructurados, con una secuencia de movimiento típica, mientras que sólo unos pocos estudios analizaron danzas no estructuradas (es decir, basadas en aportaciones creativas e improvisación). Sin embargo, esto último puede ser de particular interés para las personas mayores y el envejecimiento exitoso, ya que más allá de los efectos positivos de la danza ya demostrados en la literatura, la danza creativa también podría desarrollar el manejo de los cambios físicos y psicosociales a la vez que es fácil de realizar (sin barrera técnica) y desarrollando más imaginación, creación de formas propias de expresión, apertura, pensamientos más amplios, interacción social y sentimientos positivos (alegría, placer, acción ...).
Por lo tanto, los autores del presente estudio tenían como objetivo evaluar los efectos de un programa de danza creativa (DC) en el estado físico, el equilibrio funcional y la movilidad de los adultos mayores en comparación con los ejercicios de estiramiento estándar. Si bien ambas actividades mejoran el estado físico y el equilibrio, la DC muestra más efectos sobre el equilibrio dinámico y la movilidad.