Las tasas mundiales de cáncer van en aumento, y los cánceres colorrectales se encuentran entre los 4 cánceres más comunes.
Por lo tanto, la necesidad de tratamiento contra el cáncer va en aumento, y con ello también la necesidad de mejorar la efectividad del tratamiento y minimizar los efectos secundarios adversos y graves asociados.
El ejercicio es una modalidad de tratamiento que se ha considerado para apoyar la efectividad del tratamiento del cáncer (mejorando la vascularización y permitiendo que los fármacos se administren en una tasa más efectiva), así como mejorar la calidad de vida y el deterioro funcional durante terapias farmacológicas agresivas.